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COORDINADORA ESPAÑOLA

'Alianza de Civilizaciones': la realidad del invento.

'Alianza de Civilizaciones': la realidad del invento.
Alberto Grasa

¿Por qué vecinos que se querían tanto se expulsaban unos a otros con tanta saña y por muchas veces, durante generaciones? Y además no sólo nadie les defendió (fray Bartolomé de las Casas sólo se dedicaba a los indios), sino que el populacho amenizaba las expulsiones con fiestas y acosos'

'...el motivo de mostrar gráficamente lo que cuento no es más que para enseñar la realidad de la “mezcla de las tres culturas” donde se está dando. A muchos les sobrará porque tienen la mezcla de las cincuenta culturas debajo de la ventana y están pensando en mudarse. Pero hay que ser claros, contestar con la realidad de los hechos a este invento progre'

 



 
Como justificación de la famosa Alianza de las Civilizaciones, excusa para bendecir la inmigración y gastarse el dinero público nos remiten al Toledo medieval. Allí, según los antes citados, coexistían cristianos, judíos y musulmanes en tal armonía que no era hiperbólico verlos besarse entre ellos por las calles en vez de darse los buenos días.
 
Para poder equiparar aquella época, te pones a buscar un “Toledo” de la actualidad y lo encuentras en Jerusalén. Se sustituye a los cristianos por los hebreos como etnia dominante y los musulmanes quedan igual. Buscas un precio barato para el viaje y te vas. ¿Mezcla? O ninguna o testimonial. Es más, a decir de occidentales que llevan allí muchos años, cada vez se radicalizan más en costumbres y odios, lo que se traduce en violencia, discriminación y niños política y militarmente formados desde pequeños.
 
Uno, que es de ciencias pero le pica el gusanillo de las letras, se ha de ilustrar con publicaciones de todo tipo, resultando que no todas coinciden en tan idílica visión. Después se cuestiona por qué en casi todas las ciudades españolas los judíos vivían en la judería y los musulmanes en la morería, separados por altos muros.
 
 Lo peor viene cuando descubres que hubo varias expulsiones, llegando a una total en 1.492; y tras ésta otras muchas, hasta mediados del siglo XVII, de conversos, encriptados (los que no habían pillado en la total), y por medio alguna que otra ejecución.
 
En ése momento a uno le viene bien ser de ciencias, porque sabes que los caracteres genéticos dominantes de los semitas y en general todas las diferentes etnias, priman sobre la europea, reflejándose en su morfología o aspecto, es decir, de haber en España porcentajes de ascendencia no europea superiores al 5% no tendríamos nuestro actual aspecto.
 
 Nunca podré afirmar que ninguna ascendiente mía del siglo XII no fuese una casquivana que la liase con un “infiel” fuera del matrimonio, pero eso sí, te puedes reír un rato de aquellos que presumen de tez olivácea y ojos negros atribuyéndolos a su familia omeya o judaica, y presumen de apellido de origen árabe o hebreo.
 
Te ríes cuando, les dice que la principal mezcla genética de la España medieval entró por el Camino de Santiago, asentándose junto a los paisanos en tierras reconquistadas, fundando Villafrancas (mire vd. en cualquier mapa cuantas hay en España). Que la tez se oscurece con el sol, y los ojos negros abundan en Francia y Alemania, y que su constitución ósea es más de los Alpes que del Atlas. En ése momento, el racista antieuropeo echa chispas.
           
Volviendo a Toledo… ¿Por qué vecinos que se querían tanto se expulsaban unos a otros con tanta saña y por muchas veces, durante generaciones? Y además no sólo nadie les defendió (fray Bartolomé de las Casas sólo se dedicaba a los indios), sino que el populacho amenizaba las expulsiones con fiestas y acosos, y buscaba para incluir en el lote al que tenía la sospecha de una bisabuela materna posible mora (como para haber quedado mucha mezcla en España).
           
Para poder equiparar aquella época, te pones a buscar un “Toledo” de la actualidad y lo encuentras en Jerusalén. Se sustituye a los cristianos por los hebreos como etnia dominante y los musulmanes quedan igual. Cada religión practica su culto y tiene sus zonas. Buscas un precio barato para el viaje y visados para recorrer varios países de los alrededores,  para ver el contraste, y te vas.
 
En la tierra de la 'Alianza de Civilizaciones'



Jerusalén es aparentemente una mezcla, pero cada uno sabe por donde pasa y donde tiene su frontera. Los hebreos (no diré israelíes puesto que los musulmanes tienen esta nacionalidad) dominan la situación, tienen sus barrios bien defendidos y atendidos, con sus ajardinamientos, iluminación y limpieza. Sin muro de por medio, en el momento que pones el pie en un barrio musulmán, los alcorques tienen árboles cortados, y no hay jardines, y la iluminación es más bien escasa. Se les puede culpar a los munícipes de esta deficiencia, pero la culpa de la más absoluta dejadez en la limpieza y estado de los edificios también debe recaer en los musulmanes.
 
La guerra que todos conocemos por televisión es allí totalmente palpable, abundan los M16 en la espalda de adolescentes de 18 años con uniforme israelita
 

y un poco más allá, muro de por medio, los kalashnikov en la de los musulmanes.

¿Mezcla? O ninguna o testimonial. Es más, a decir de occidentales que llevan allí muchos años, cada vez se radicalizan más en sus costumbres y odios, lo que se traduce en niños políticamente formados desde pequeños.

Niño hebreo de unos cinco años

Porque muchas familias van así: 

Y para quien diga que es sólo entre los ortodoxos, le informo que en muchos sitios, como la tumba del Rey David, o el famoso Muro de las Lamentaciones, se discrimina la entrada por sexos y todos lo aceptan. En el Muro de las Lamentaciones, las mujeres tienen un espacio separado reservado para ellas, aproximadamente la séptima parte que el de los varones.

 

Peor es el caso con los musulmanes, porque imponen con la amenaza del cuchillo, y no es ninguna broma. Si no, ¿por qué se iban a bañar de ésta guisa sus mujeres en la costa egipcia, rodeadas de occidentales tomando el sol?

 

 
Pero no es sólo en Egipto. En el occidentalizado puerto de Aqaba (Jordania), se separan de las impuras occidentales para tomar el sol así.

 

 
¡Ojo! Que la mayoría de las mujeres musulmanas lo acepta y defiende. Muchos iluminados dicen que en Europa hace cien años pasaba lo mismo. No es cierto.
 
Las mujeres se bañaban con traje completo y los hombres también, hasta codos y tobillos. La sociedad evolucionó y tanto en la playa como en la vestimenta de calle se fue perdiendo tela por parte de ambos sexos. A la par, aunque con alguna diferencia, las libertades de todo tipo, para hombres y mujeres, y, aunque quede algún paso por dar, casi se ha llegado al equilibrio.
 
Lo que nunca se vio en Europa, en ningún siglo ni país, es una mujer tapada hasta arriba mientras su marido toma el sol en tanga.
 


 
La mezcla, aunque sea por roce es imposible, porque para pasar de una zona a otra, a excepción de los barrios musulmanes en enclaves hebreos, está limitada por muros como éste (el de Berlín no era ni la mitad)
 

 
Está en el límite de Belén, y va a rodear toda Cisjordania, aunque en las zonas de autoridad Palestina les ponen uno mejor, como éste de Jericó con alambradas, minas y ametralladoras.
 

 
 
La ley Israelita permite hacer lo que quieras en tu terreno mientras te mantengas en él y pagues contribución, entonces ¿Cómo “invaden” los hebreos tierras musulmanas? Muy sencillo, el propietario musulmán se las vende tranquilamente y con el dinero se compra una gran casa como ésta, propiedad de uno de ellos en Amman (Jordania), en cuyas antiguas tierras hay hoy un asentamiento hebreo que está provocando muchas intifadas.

 
 
 
Y mientras tanto se calientan la cabeza para exterminar a los hebreos, publicando mapas procedentes de Arabia Saudita donde se niega la existencia de Israel como tal, todo en árabe y con el nombre de Palestina.
 


 
No voy a ponerme ni en un lado ni en otro, yo me cuido de los problemas de mi casa no la de los demás, pero estamos hablando de la convivencia de las tres culturas en la “Toledo” actual y sus alrededores. El resumen gráfico puede ser, respecto a la relación de hebreos y musulmanes, el siguiente:
 
Mientras los hebreos amargan a los musulmanes con el muro (no el de las lamentaciones, el otro)

 

 
En la librería del hotel Regency Palace de Amman, no en un mercadillo del zoco, a pocos kilómetros se vende éste libro sólo por el hecho de fastidiarles.
 

 

Todo esto da una tranquilidad tal a la población que las autoridades saben lo que llevan en los bolsillos y les solicitan amablemente que lo dejen antes de entrar en lugares públicos (como en España, vamos)

 

¿Y qué pasa con los cristianos? Son los “hebreos” de allí. Los armenios viven encerrados tras un muro en el centro de Jerusalén, impidiendo la entrada a todo el mundo salvo contadas ocasiones. Tienen miedo de que el exterminio de millón y medio de sus compatriotas por parte de los turcos hace cien años se repita. Y de vez en cuando se lo recuerdan los musulmanes con algún cóctel molotov. El resto de los cristianos no europeos son tratados como una minoría molesta, pero no hasta el punto como para exterminarlos, aunque hay que ver cómo viven.
 
¿Y los cristianos occidentales o europeos? Por parte de los hebreos no hay mucho problema, aunque cuando se lía a quien defienden es a los americanos, a nosotros sólo cuando los daños les pueden afectar a ellos vía opinión pública.

El “trato especial” lo recibimos de los musulmanes. Si en Nazaret se levanta una iglesia donde vivió la Sagrada Familia, ellos plantan una mezquita al lado. Si no les dejan levantar un minarete, ponen diez altavoces para que se oiga bien al muecín cuando llegan los infieles europeos a visitar sus Santos Lugares. 

la Vía Dolorosa. Es una certeza matemática, y la mayoría de los ejemplos que se encuentran tienen la misma cronología, da igual si ha pasado en el siglo XII o el XXI, se erige una iglesia primero y la mezquita florece al poco tiempo exactamente al lado con el minarete dando sombra a la cruz o a la entrada de la calle intentando taparla.

 

Cuando en Jerusalén, la Vía Dolorosa atraviesa el barrio musulmán, se llegan a producir roces como el que se observa a continuación. Es la cuarta estación, hace dos meses (agosto de 2008) los iconoclastas musulmanes se dedicaron a picarla hasta destruirla. 
 
 

Y desde entonces nadie hace nada por reparar la imagen de Cristo y la Virgen. Dan explicaciones de lo más peregrino sobre lo sucedido e intentan tapar la destrucción con ropa del zoco.
 
Es, por cierto, un símbolo de lo que nos hemos convertido. Hace novecientos años, la destrucción de la Iglesia del Santo Sepulcro provocó el inicio de las Cruzadas. Hoy, esta afrenta dirigida a Occidente (porque no es otra cosa) no ha salido ni en los periódicos. Claro que, uno de los líderes occidentales que más visita Jerusalén es el inefable Moratinos, al que casi no han visto salir del hotel King David. Eso sí, se besa con unos cuantos líderes de Hamás, les da dinero y viene a darle cuentas a Zapatero del progreso de la Alianza de Civilizaciones.
 
La realidad es que no somos para los musulmanes más que una fuente de dinero a obtener por el método que sea. Cuando te ponen un militar dentro del autobús para atravesar el desierto no es para que no te ataquen los “cuatro” integristas malos, es porque es costumbre de los beduinos y de los de los pueblos en general provocar un accidente cruzando los camellos por la carretera, y cuando el desgraciado occidental está tieso tras la colisión, desplumarle.
 
 

En fin, el motivo de mostrar gráficamente lo que cuento no es más que para enseñar la realidad de la “mezcla de las tres culturas” donde se está dando. A muchos les sobrará porque tienen la mezcla de las cincuenta culturas debajo de la ventana y están pensando en mudarse. Pero hay que ser claros, contestar con la realidad de los hechos a este invento progre.
 
Lo más sangrante del caso es la absoluta diferencia histórica entre el caso de España y el de Israel, el lío sin solución que tienen allí montado, y que cuatro alucinados quieran repetirlo aquí. La diferencia histórica es la siguiente:
 
En el caso de Israel, se asienta un pueblo desplazando a otros en su tierra prometida. Lo ocupan con alguna interrupción durante dos mil años. A consecuencia de una expulsión en el siglo II otro pueblo lo ocupa durante otros casi dos mil años. Ahora están todos juntos y a tortas.
 
En el caso de España un pueblo Europeo ocupa el territorio ininterrumpidamente. Pero hace mil trescientos años, aprovechando una guerra civil, llega otro pueblo y lo invade. Cuatrocientos años después el invasor está arrinconado en el sureste, donde por carambola aguanta en ese pedacito otros trescientos años. Después se produce la expulsión total de los descendientes de aquellos aunque se hubiesen convertido, por problemas de revueltas y adaptación.
 
Quinientos años después, una corriente de “pensamiento” dirigida por unos iluminados engaña a una parte de la población, que bastantes problemas tiene dentro de su propia casa, como para que se la llenen de extranjeros. Les dicen que es la panacea de la felicidad, pero la realidad va por otro lado.

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